No Más Matildas
Publicado el 14 diciembre 2021 en Diario Público
La Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) lanzó esta semana la campaña #NoMoreMatildas con el apoyo del Parlamento Europeo. El efecto Matilda denuncia la invisibilidad de los hallazgos de mujeres científicas a lo largo de la historia, lo que se manifiesta en que su presencia en los materiales educativos no llega hoy ni al 8%. El fenómeno se llama así por Matilda Joslyn Gage (1826-1898), activista y sufragista que lo denunció por primera vez.
Decir #NoMoreMatildas no es sólo una cuestión de justicia numérica y de falta de referentes para las niñas y jóvenes, sino de talento perdido y nombres olvidados, de disciplinas y avances sociales con sesgo de género que tienen consecuencias muy negativas sobre nuestras vidas.
Hasta hace bien poco, la medicina pasaba por alto muchas dolencias femeninas porque los estudios los realizaban científicos varones sobre pacientes varones, extrapolando las conclusiones a las mujeres sin tener muy en cuenta las diferencias biológicas. En el siglo XIX abrías la boca y te diagnosticaban histeria. Y aún hoy el malestar de las mujeres se despacha aludiendo más a cuestiones psicológicas que en el caso de los hombres. Además, nuestro bienestar sexual y reproductivo se ha abordado, tradicionalmente, con una mezcla de desconocimiento y paternalismo.
Disciplinas como la paleantropología también están marcadas por un notable androcentrismo, otorgando a las mujeres un papel poco relevante en la evolución humana. Se nos ha considerado como simples participantes pasivas, limitadas a parir, alimentar y cuidar de crías. Mientras, los hombres son descritos como responsables de las innovaciones que nos definen como humanos: el surgimiento del andar bípedo, el agrandamiento del cerebro, la fabricación de herramientas, la comunicación cooperativa o la representación simbólica.