Rita Segato: “La violación es un gozo de poder”

La fortaleza movilizadora del feminismo a escala global ha conseguido ocupar la centralidad de la agenda política en los últimos años. La lucha contra la permanente y sistemática violencia machista que amenaza cotidianamente la vida de las mujeres se ha convertido en uno de sus ejes movilizadores. “Yo sí te creo, hermana” o “sólo sí es sí” son gritos colectivos, transformados en lemas, que sintetizan el emerger de una nueva narrativa sobre la violencia machista y que han desvelado la insuficiente acción de los Estados, la concepción patriarcal de la Justicia o la complicidad de los medios de comunicación. En este contexto, una nueva reacción patriarcal ha resurgido con fuerza cuestionando la existencia de una violencia específica contra las mujeres, el derecho a una educación afectiva y sexual integral, a la articulación de políticas específicas contra la LGTBIfobia… Una respuesta adversa a cualquier ampliación de la libertad de las mujeres a nivel internacional.

Como explica Rita Segato en este Diálogo, la lucha contra esta reacción implica entender la íntima vinculación entre el mandato de la masculinidad y la violencia contra las mujeres: “La violación de los hombres contra las mujeres no es un acto utilitario, sino que está diciendo algo. Habla de la capacidad violenta, falta de empatía y de sensibilidad hacia el sufrimiento del otro como resultado de la socialización de los hombres: del mandato de la masculinidad. La violación es un espectáculo. La líbido del violador está puesta en el espectáculo de exhibir su capacidad de poder. Y tiene consecuencias: el miedo generalizado y creciente que tenemos las mujeres de andar en el espacio público”.