En Colombia se pasará a la segunda vuelta y las mujeres se juegan mucho. Se juegan una reforma electoral que les garantice representación política, la persecución y condena de la violencia sexual cometida durante el conflicto y el postconflicto, la protección de sus derechos sexuales y reproductivos, su independencia económica, la agenda de reparación con perspectiva de género y la defensa de la reforma agraria porque son ellas quienes salvaguardan los territorios, los recursos naturales y el tejido comunitario frente al agronegocio y las extractivas